domingo, julio 05, 2009

Lianas


Si este mundo es una selva, quizá nosotros no somos necesariamente los animales que en ella habitan, sino más bien las lianas. ¿Lianas? Sí, lianas. Mientras crecemos buscamos los mejores y más altos lugares de esta selva. Aquellos donde poder respirar a gusto, donde poder existir a gusto. A menudo caminamos y crecemos yuxtapuestos a otras lianas, como hermanas o como amigas, como hermanos o como amigos. Juntos, muy juntos, unidos por la amistad, que parece ser un excelente pegamento, acaso no el mejor. Crecemos yuxtapuestos mientras compartimos el camino en busca de aquella felicidad, sólo hasta algún punto en nuestra aún ordinaria vida de lianas, en el que nuestra búsqueda nos lleva por caminos distintos, caminos que no comparten otras lianas y que nos alejan de ellas, por más pegamento que se quiera untar. En estas bifurcaciones también nos unimos a otras lianas que ahora compartirán camino con nosotros, por lo cual intercambiamos continuamente de lianas amigas y es formidable, ya que el pegamento nunca termina. Seguimos creciendo, creciendo siempre, y siempre buscando ese rinconcito de felicidad en algún paraje escondido entre toda esta selva saturada.

Ah, me olvidaba, como lianas encontramos el amor en aquella que, antes de quedar untada a nosotros del todo por aquel infinito pegamento, queda atada a nuestras hojas, que son las manos de las lianas, y nosotros a las de ella; así, tomados de la mano para no perdernos más, seguimos caminando y creciendo juntos, ahora en busca de una felicidad conjunta, de un paraje mucho mejor, un paraje doblemente imaginativo, donde poder respirar, donde poder vivir, donde poder amar y existir en paz, amando en completa felicidad.

No hay comentarios: