sábado, noviembre 01, 2008

El peor de mis demonios.


¡Qué sentimiento para más extraño! Recién hoy me percaté que mi vida a virado radicalmente. Mis días ahora se planifican de a dos, es una sensación un poco extraña para mí el preguntarle a alguien un "¿te parece bien?" —era demasiado egoista para todo esto, ahora estoy claudicando—. Aún no puedo creer que prefiera ir al cine antes que ir a tomar unos vinos con los amigos de siempre —y eso sí que es muy extraño, pues no me gusta el cine—. He caminado decenas de cuadras sin hacer una sola queja que no sea una broma, cada uno de tus besos renueva el bosal de mi muy deprimente pereza. Esto es colosal: he dejado de ver los dibujos animados que me acompañaban todas las tardes, ahora me dedico a ser el empleado de la empleada del mes; y aunque me encanta caminar junto a ti, extraño sentarme en el sofá y estar pegado al televisor hasta dormir —qué depresivo tan hilarante—. Sabes, cada día trato de fumar menos; la verdad, no porque me lo hallas dicho, sino que quiero ahorrar algún sencillo para llamarte por teléfono, caminar unas cuantas cuadras a medianoche no le hace mal a nadie, mucho menos a mí. Hay algo que debo agradecerte a manera especial: mi celular ahora tiene crédito, ¡puedes creerlo! —para timbrar; pero, bueno, ¿así se empieza, no?—. Como dantesco colofón, acá viene lo que más me hace estremecer, lo que me sorprende a mi mismo en sobremanera: he tratado de caerle bien a las demás personas —no digo caerles bien; pero, sí que he tratado—. Esto verdaderamente me asusta, siento que a este paso temrinaré por comvertirme en un empedernido bonachón, querré presentarte a mis padres, invitarte a un finjido lonchecito de familia, a tomar un descafeinado viendo la colección de fotos y conversando con mi madre. ¡Dios nos libre, porfavor!, no quiero hacer de mí un fantoche del amor, asentar la cebeza y simplemente contestarte: "sí, mi amor".

Esto es una mierda, estoy perdiendo la poca escencia de homo economicus que me quedaba —ahora, mi único interés eres tú—; pero, lo peor es que no me importa nada de esto si es que estoy junto a ti. Si convertirme en el peor de mis demonios es el precio que he de pagar al destino por sentir lo que siento cada mañana al despertar, moriría en este averno de alegría por siempre y sin dudarlo ni una sola vez... Putamadre, cuánto te he llegado a querer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

es q t stas enamorando :D

Anónimo dijo...

Se parece a lo que io escribi una vez,solo que io tu estas feliz i io traia elcorazon deztrozado...elamor i eldolor si k inspiran!!!....