Me alegra contarles que en mi mundo el dinero se ha terminado la semana pasada. El capitalismo ha llegado a un nivel tal, que ahora sólo existen deudas, pues el dinero ha terminado en manos de una sola persona, la que termino por comprar el mundo, a raíz de la gran sumatoria de plusvalías.
Esta persona quiso que trabajemos todos para él, por ser el gran monopolista del mundo; pero, la gran masa de personas, nos rehusamos a ello. Unidos logramos vencerlo. Ahora todos hemos vuelto a ser nómades, recolectores de alimentos, errantes bóvedas de espermas y esperanza. No existen más vestidos, ni casas, ni políticos, ni corrupción, ni mucho menos pobreza, pues ahora todos, excepto uno, tenemos la misma condición de vida.
Los artefactos eléctricos son inútiles, dado que no hay dinero para pagar luz, y esta sólo le pertenece al monopolista, así que se ha perdido las ansias de obtener tecnología proveniente de la electricidad, regalándole así algunos años más de vida al planeta. Las familias han desaparecido, pues el nomadismo ha generado confusión. Ahora todos, excepto uno, somos una gran e inmensa familia.
Las personas tienen un poco más de tiempo, pues no existe ni televisión ni Internet. Han aumentado el número de escritores, de filósofos, de locos de barrio. El único problema es que son tantos, que han aumentado el número de discusiones intelectuales... pero, como no existen más pistolas, ni rifles, ni lanzas, ni piedras, ni arma alguna, estas discusiones son pacíficas y de buen puerto.
Hoy los proletarios vivimos tranquilos. Todos, excepto uno, tenemos miles de millones de deudas; pero, no existe más dinero con qué pagar, así que éstas son efímeras, como la vida que hasta hace dos semanas vivíamos.
El único infeliz es el monopolista, que en su mansión ubicada en lo que antes era conocido como Vaticano, no sabe qué hacer con tanta electricidad, tecnología, armas, y demás cosas que ahora son inservibles.
Mientras piensa una solución, con sus gastados dedos, acaricia la mitra que lleva en la cabeza...
2 comentarios:
prefiero ser un capitalista promedio con influencias minoristas que discurre en una sociedad monopolista llena de preceptos marxistas que confunden el sarcasmo con el socialismo neogeológico de corte tercermundista excecrante.
un saludo
bye
Me abstengo.
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