Siempre que compramos, compramos sueños.
No hay tarjeta de crédito ni Dios alguno
que pueda evitar que intercambiemos dinero por sueños.
Todo en este mundo cuesta, incluso amar,
que en antaño era gratis, pero hoy la inflación nos cagó.
Siempre que soñamos, robamos sueños de otros,
incluso cuando somos únicos beneficiados,
son los demás quienes pagan el excedente de nuestra vida de juguete.
En un monopolio, que es el sueño,
no hay más dueño que uno mismo, por lo tanto,
no hay más beneficiado que nosotros,
ni más perjudicado que los demás actores de aquel espectáculo.
Siempre que dormimos, soñamos.
Siempre que soñamos, robamos.
Por lo que la lógica se hace basura
al pensar que siempre que se duerme se roba,
pues se roba despierto mientras los demás duermen,
donde los únicos beneficiados son aquellos que no actúan,
y los únicos perjudicados son quienes son beneficiados
en una vida que no existe, pero que se hará realidad,
al comprar nuevamente los sueños que fueron robados,
aunque esta vez con ayuda de Dios y la tarjeta de crédito.
Porque como a todo, la inflación, los sueños y los choros, nos cagaron.
3 comentarios:
Siempre que dormimos, soñamos.
Siempre que soñamos, robamos.
sueños de maranguita
buen soliloquio
Este me gustó bastante.
Lástima que soy un ladrón compulsivo.
ya ps tio
solo me avisas una tarde para charlar
mi fono 949366060
nos vemos
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